Roberto Heras marcó una época en el ciclismo español. Su trayectoria como ciclista profesional fue involuntariamente corta, pero intensa; ganó 4 veces La Vuelta a España, convirtiéndose en el ciclista que más veces la ha ganado. Récord que sigue sosteniendo, a pesar de la existencia de Alberto Contador y su increíble palmarés. Posteriormente, ganó 4 ediciones de la Titan Desert en BTT, consiguiendo otro récord imbatido por el momento, y demostrando que no hay bici que se le resista.
¿A qué le dedica el tiempo actualmente Roberto Heras?
Hace unos 8 o 10 años que empecé a dedicarme a la preparación física de ciclistas, lo que me ocupa parte del día. El resto, lo dedico a hacer deporte, que me encanta, y a estar con mis hijas y mi familia.
14 años después, ¡sigues siendo el ciclista que más Vueltas a España ha ganado! 4 títulos y 7 pódiums consecutivos. ¿Cómo se lleva ese récord?
Corrí 9 veces La Vuelta a España, y la verdad es que siempre me ha encantado y me encontraba muy bien físicamente después del Tour de Francia.
Alberto Contador tiene 3 y estuvo muy cerca de conseguir la 4a. A ver si sigo sosteniendo ese récord muchos más años… Y si hay alguien que lo pueda batir, pues yo encantado de que lo haga.
¿Qué tiene La Vuelta a España que te gustaba tanto?
Bueno, el Giro d’Italia lo hice una vez y me encantó. Y creo que el Tour de Francia es la mejor carrera, porque hay mucha tensión y mucha presión... Al Tour sí que llegaba en buenas condiciones físicas, pero por diferentes factores y caídas nunca pude estar como a mí me hubiera gustado, exceptuando el primero en el 2000, donde conseguí la 5ª posición.
La Vuelta a España siempre venía después del Tour. Entrenaba durante 3 o 4 semanas y la tenía muy por la mano: tenía mucha confianza, conocía prácticamente todos los puertos y he tenido muy buenos equipos que me han ayudado mucho en La Vuelta, que es muy importante.
También he tenido caídas, he corrido con puntos en la rodilla, me he puesto enfermo, pero no sé por qué, me encontraba muy a gusto y siempre he sabido cómo manejarla y llevar el liderazgo de un equipo.
¿Qué diferencias ves entre el ciclismo de tu época profesional y el de la actualidad?
En mi época también existía el pinganillo y desde el 2000 también entrenábamos con potencia. Pero por lo que puedo ver y seguir, actualmente está todo más focalizado.
Saben lo que se puede tardar en una subida a un puerto, los vatios a los que puede ir cada corredor en una subida, durante cuánto tiempo… Es decir, que el espacio que hay para la improvisación está más acotado.
¿El hecho de que todo esté más calculado hace que el ciclismo actual pierda cierta espontaneidad?
No… Creo que ha habido etapas muy bonitas, y las sigue habiendo, en las que el corredor no solo se ciñe a los vatios, sino también a sus propias sensaciones. Hay momentos en los que, por experiencia o por sensaciones, no tienes en cuenta los vatios ni lo que te digan en la radio, porque son momentos que dependen de segundos. Yo creo que el ciclismo siempre será épico, aunque haya vatios y potencia.
Ha mejorado mucho la preparación física, pero la épica y el espectáculo del ciclismo no se acabará nunca.
¿Cuál es la carrera más dura que jamás has hecho?
Es que depende mucho de cómo te encuentres. Por ejemplo, si en una prueba has tenido situaciones físicas adversas, esa etapa se te hace durísima y lo pasas mal…
Por desnivel y por puertos la más exigente es el Giro. Pero, para mí, el Tour de Francia es la carrera más exigente de todas porque son 3 semanas de auténtica tensión hasta que llegas a París. Es la que te pone más al límite a nivel competitivo, a nivel de recorrido es tan exigente como el Giro, pero la velocidad a la que se va en el Tour es superior.
Las etapas llanas de Francia son muy duras, no por lo físico, sino por lo mental. Aunque en televisión parezca que van relajados, son etapas de 200km de muchísima tensión y eso a mí es lo que más duro se me hacía. Los primeros 10 días del tour para mí eran los peores y los que mentalmente me agotaban más.
¿Los entrenamientos más duros de tu carrera son los que hiciste con Lance Armstrong en el US Postal Service? ¿Cómo eran y qué hizo de esa época una experiencia tan especial para ti?
Lo que Lance Armstrong hacía era prepararse muy bien el Tour. Íbamos durante 15 días a los Alpes a inspeccionar cada etapa. Recuerdo muchos días seguidos de entrenamientos de 7 y 8 horas, porque hacías toda la etapa entera.
A mí me encantaba ir a inspeccionar las etapas del Tour, porque era en mayo, todo estaba muy bonito e íbamos todos los compañeros… El Tour se preparaba con mucho mimo, porque no se trataba solo del último puerto, sino que los 8 compañeros debíamos saber muy bien lo que tendríamos por delante para llevar a un líder.
¿El ambiente y el nivel que había en el equipo Kelme de tu época fue algo único? ¿Por qué?
He estado en otros equipos que tenían el mismo nivel, pero Kelme era como una familia. Era un equipo pequeño, pero grande. No tenía el presupuesto que tenían otros equipos, pero a nivel de corredores… Llegamos a ganar el Tour de Francia por equipos, la Vuelta del 2000…
Fue una época muy bonita, además es el equipo donde más años estuve y lo recuerdo como una gran familia, no solo como un equipo profesional.
De algún modo, fuiste el guía de Alberto Contador en su primer Tour de Francia el año 2005, que luego ganó en 2007 y en 2009. ¿Qué consejos se le dan a un ciclista que va a correr el Tour por primera vez?
Consejos no se dan muchos, porque en el día a día de la carrera ya lo vas viendo. Si te preguntan, por ejemplo, ¿en las etapas llanas cómo se va? puedes decirle intenta no hacer esto o aquello… pero tampoco demasiado porque lo vas viendo y, al final, la mejor manera de aprender es vivirlo. En el Tour, cada día es un aprendizaje.
¿Preveías en ese momento que Alberto Contador acabaría siendo uno de los grandes exponentes del ciclismo español?
En aquella época, Manolo Saiz, tenía la costumbre de poner siempre a un ciclista joven con un veterano en la habitación, y estuve muchas veces con Alberto. Tanto en él cómo en Luis León Sánchez, ya se veía que tenían unas cualidades muy, muy buenas. Pero, claro, ¡Alberto tenía apenas 20 años! no podía prever que llegaría a ser lo que ha demostrado ser, pero sí que veíamos que los dos tenían muchísima calidad.
Y ahora que esta generación va acabando, ¿a qué joven ciclista español ve como el futuro Alberto Contador o Alejandro Valverde?
Uf… Es que reemplazar a Alberto Contador o Alejandro Valverde es muy difícil, es como cuando se fue Miguel Indurain. Si te fijas en el palmarés que tienen, como las 123 carreras ganadas por Alejandro… Pues es muy complicado querer comparar a la generación que viene detrás con ellos.
Pero hay un corredor que a mí me gusta mucho, Mikel Landa, que tiene unas cualidades extraordinarias y creo que es el presente del ciclismo español. También está Marc Soler… y otros tantos corredores, pero creo que Mikel Landa es el relevo más inminente.
Experto en ciclismo de carretera y, después de haber ganado 4 ediciones de la Titan Desert, también de BTT. ¿Qué es lo que más te engancha de una y otra modalidad?
El ciclismo de montaña me encanta porque a nivel técnico es muy divertido. Es una sensación muy diferente al ciclismo de carretera, es mucho más dinámico, sobre todo si tienes un mínimo de técnica. En montaña, el problema está en que hay que aprender. Yo, cuando pasé de carretera a montaña, tuve un período muy largo de aprendizaje en bajadas, bajadas técnicas, etc.
He pasado unos años muy bonitos, viajando mucho, compitiendo… Me ha encantado esa etapa que he vivido en BTT.
Además, el desierto me encanta, es una experiencia muy bonita. ¡Y de la Titan Desert qué voy a decir! La organización también fue como una familia para mí y el desierto me enamora… tengo recuerdos inolvidables de esa carrera, del paisaje, el ambiente, las jaimas… todo.
Todos conocemos los hechos que interrumpieron tu carrera profesional tras la Vuelta a España en el 2005. Y también que la justicia reconoció años más tarde que todo fue una cadena de errores. ¿Has conseguido reconciliarte con ese pasado que te ha marcado de por vida?
Fueron momentos duros, pero uno intenta pasar página y ya está. La vida sigue y tienes que priorizar la familia, los amigos y la vida en sí misma. Para mí esto ya está olvidado, la vida continúa.
¿Esas 4 victorias en el Titan Desert significaron para ti, de algún modo, una forma de restituir tu honor como deportista de élite?
Yo lo hacía porque me gustaba y porque, al final, la vida son las experiencias que te quedan. Las Titan Desert han sido todas experiencias extraordinarias.
Lamentablemente, siguen apareciendo casos de muertes de ciclistas en las carreteras a causa de atropellos. ¿En su opinión, cómo se puede poner fin a esta lacra?
La última aprobación de la ley es muy positiva para nosotros, pero el peligro es real. Hay muchas distracciones, el alcohol, etc. Estamos expuestos a un peligro real y no vamos a engañarnos, yo tengo miedo cuando salgo a la carretera… Hay que ser precavido y respetarnos todos.
Eres el anfitrión de la V edición del Campus Melcior Mauri, siguiendo los pasos de otros grandes ciclistas como Miguel Indurain y Abraham Olano. ¿Disfrutas de este tipo de eventos en los que te reencuentras con ciclistas aficionados que te admiran y quieren pedalear junto a ti?
En primer lugar, ser el sucesor de Miguel Indurain y de Abraham Olano para mí es un orgullo. Cuando me lo propuso Melcior, estuve encantado. Además, conozco un poco la zona de haber competido por aquí y estoy encantado de compartir kilómetros con todos los participantes. Son eventos bonitos en los que dejamos al margen la competición y disfrutamos de la bici a nivel cicloturista.
Fotografías: Jordi Santacana , @RobertoHeras , Garmin Titan Desert