Desde que eras niño sufres “retinosis pigmentaria”. ¿Nos puedes explicar un poco en qué consiste esta enfermedad?
Es una discapacidad visual que consiste en que, el campo de visión es más reducido, solo tengo visión central y con un porcentaje menor al 10% de visión.
Pero está claro que, para ti, esto nunca ha sido un impedimento para practicar deporte… ¿Cómo empezaste a practicarlo en serio?
Practicar deporte siempre me ha gustado; correr, jugar al fútbol, al baloncesto, el skate… de todo, aunque tuviera mi discapacidad visual. Empecé más en serio cuando tenía 18 años con el atletismo y, desde ahí, he estado muy enganchado al deporte.
¿El deporte ha sido fundamental para cultivar y canalizar tu espíritu de superación?
Para mí, el deporte ha sido fundamental para la integración. Creo que el deporte es una herramienta integradora muy buena para la sociedad, tengas una discapacidad o no. Te abre puertas, conoces a gente y, sobre todo, te permite romper tus límites.
Piensas que no podrás correr tan rápido, que no podrás hacer tantos kilómetros en bicicleta o llegar a subir puertos muy duros y ves que, al final, con tenacidad y práctica, puedes llegar a conseguir tus objetivos.
El atletismo adaptado fue tu primer deporte de competición, disciplina con la que conseguiste medalla de plata en los Juegos de Sídney 2000 y bronce en los de Pekín 2008, entre otros muchos logros. ¿Cómo recuerdas esa etapa de tu vida?
La recuerdo muy bien, fue maravillosa. Sobre todo, los primeros Juegos Paralímpicos de Sídney 2000. Clasificarme ya fue todo un éxito, pero la rúbrica final fue conseguir la medalla de plata en el 4 por 400. Luego vino Atenas 2004, pero el colofón fue esa medalla de bronce en los 1.500 de los Juegos de Pekín.
Tengo un grandísimo recuerdo de esa carrera, porque cuando quedaban 250m para acabar iba en 8ª posición. Hice el sprint de mi vida y crucé la meta el tercero. Fue una alegría enorme.
Concentré toda mi energía, todo lo positivo y, además, estar en el estadio de El Nido con más de 80.000 personas fue espectacular. El griterío que había en ese estadio es algo que recuerdo tanto, que incluso ahora mismo se me está poniendo la piel de gallina de recordar esos momentos en Pekín.
Del atletismo, te pasaste al ciclismo adaptado de competición y la verdad es que ¡no te ha ido nada mal! Tienes 9 medallas en campeonatos del mundo de ciclismo: 3 oros, 3 platas, 3 bronces y plata en los Juegos Paralímpicos de Río 2016.
El cambio que hice del atletismo al ciclismo fue provocado por una lesión que tuve en el año 2011. La lesión me permitió llegar a los Juegos de Londres, pero ya vi que no me había recuperado del todo, que tenía molestias, que los objetivos que me había marcado no llegaron… Ya eran 14 años corriendo y llegó el momento de hacer un cambio en mi vida deportiva.
El ciclismo era algo que siempre me había llamado la atención. Así que, me puse a ello y desde el 2013 que estamos cosechando éxitos. Estoy muy contento de haberme reinventado y de poder seguir con mi carrera deportiva de élite.
¿Esperabas que esta transformación deportiva te traería tantos éxitos?
No me esperaba que la nueva etapa como ciclista me aportaría tantos éxitos. Cuando empecé, mi entrenador me dijo que tenía unas capacidades muy buenas y que mi trayectoria en el atletismo me servía a la hora de tener fondo. Pero tenía que cambiar el chip respecto a los entrenamientos.
Los entrenamientos ciclistas son totalmente diferentes, son más horas que en el atletismo, y también es un deporte muy sacrificado en el que hay que darlo todo en todo momento, sobre todo en competición… Pero no, no me esperaba adaptarme tan bien.
También he tenido la gran suerte de encontrar a Joan Font como piloto, que son mis ojos sobre el tándem. Él me ha enseñado muchísimo sobre el ciclismo y creo que los dos formamos un buen tándem, y lo estamos demostrando.
¿En qué consiste la labor de un guía de tándem de ciclismo profesional? ¿Cómo os coordináis?
El trabajo de Joan consiste en guiarme en cada momento. Sobre todo, en carrera, que es cuando más te la estás jugando. Consiste en decirme cómo va la carrera, en qué momento de la carrera estamos, qué es lo que va a venir, si ha habido alguna escapada, si hay que ponerse de pie porque viene un puerto, si hay que apretar, si hay un palo (lo que se dice cuando quieren escaparse) o si nosotros queremos escaparnos …
La comunicación que debemos tener encima del tándem lo es todo, además de muchos entrenamientos juntos para lograr una coordinación total. A veces, con un simple movimiento o con un simple “¡ya!”, ya sabemos lo que uno le está pidiendo al otro en cada momento.
El pasado mes de abril corristeis la Titan Desert por segunda vez, que es la carrera más dura del mundo en MTB. La primera, en 2017, quedasteis decimocuartos y este año, 6º del ranking general y habiendo ganado una etapa. ¡Es alucinante teniendo en cuenta la dificultad añadida de ir en tándem!
El reto de la Titan Desert empezó con la idea de hacer algo diferente a lo que estábamos haciendo. Y, tuvimos la oportunidad de lograr ese sueño, por primera vez, en el 2017.
Es una carrera muy, muy, muy dura… Creo que nunca lo había pasado tan mal como en la Titan Desert… Con el desnivel que hay, con lo que cuesta mover el tándem por la arena del desierto...
Muchas veces, en muchas etapas, nos hemos tenido que bajar y ponernos a correr mientras ves como las bicis individuales van pasando las dunas. Y realmente se hace muy duro.
Hicimos un buen papel en el 2017, pero nos quedamos con la espinita de ganar alguna etapa. Y, la verdad, es que este 2019 lo hemos bordado.
Aprendimos mucho de la primera Titan Desert y este 2019 lo hemos conseguido y hemos visto que, nuestra coordinación y preparación para esta prueba tan dura, ha sido idónea. ¡Hemos demostrado que podemos romper nuestros propios límites!
Si el deporte de élite en general es la viva imagen del esfuerzo y el sacrificio por la superación personal, el deporte de élite paralímpico ¿qué es?
El deporte de élite paralímpico es deporte exactamente igual. Integración, esfuerzo, sacrificio, valores… Para mí, todo el deporte está englobado y da igual que tengas una discapacidad, que seas mayor, joven o un niño. Para mí, el deporte lo es para todos y siempre te aporta buenos valores como persona.
En Río 2016 se criticó mucho que, cuando empezaron los Juegos Paralímpicos, la organización disminuyó los recursos dedicados a personal, servicios de transporte para los deportistas, se cerraron salas de prensa… ¿Fue un caso puntual o sientes que, en general, se dedican menos recursos a los Juegos Paralímpicos?
Yo, de los 5 Juegos Paralímpicos en los que he participado, los de Río son los Juegos en los que en peores condiciones he estado como deportista. Desde Sídney y hasta Londres han estado muy bien, se nos ha valorado exactamente igual y se han mantenido los mismos recursos.
Pero considero que Brasil no estaba preparado para organizar unos Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Por las circunstancias económicas del país en el 2016, creo que optaron, entre comillas, por lo más fácil: quitar recursos a los atletas paralímpicos y hacer el esfuerzo con los olímpicos.
Por las noticias que van llegando de los Juegos de Tokio 2020, parece que el presidente del Comité Paralímpico Internacional asegura que serán los mejores Juegos Paralímpicos de la historia, esperemos que así sea.
En general, ¿cuáles crees que son los retos que tenéis por delante los atletas paralímpicos?
El principal reto que tenemos los atletas paralímpicos es la integración y la inclusión en el deporte. Todos hacemos deporte, aunque sea a diferentes niveles, y el máximo objetivo es que se nos considere exactamente igual que a cualquier otro deportista.
¿Cómo encaras los Juegos de Tokio 2020?
Con muchas ganas e ilusión. Serán mis sextos Juegos Paralímpicos y creo que después de los Juegos de Tokio habrá un antes y un después en mi vida.
Siempre he soñado con proclamarme campeón paralímpico. A ver si en 2020, con muy buena preparación, con Joan y con todo mi equipo técnico, podemos llegar a conseguir medalla de oro en unos Juegos Paralímpicos. Y creo que, así, cerraría una carrera deportiva excepcional.