contáctanos mobileMail phoneIcon +34 977 38 90 00
Inicio arrow-right blog
arrow-right
¿Cómo influyen las emociones en el rendimiento Deportivo?
arrow-right
arrow Volver
Psicología Deportiva
¿Cómo influyen las emociones en el rendimiento Deportivo?
16.05.2018

Conversamos con Vicenç Raluy, psicólogo deportivo de la Academia Internacional Tecnifutbol y fundador de EntrenaMent, quién nos recuerda un esquema básico: “Los pensamientos afectan a las emociones, y las emociones afectan a tu comportamiento. Apliquémoslo al deportista... Las emociones pueden modificar su percepción y, por lo tanto, su toma de decisiones.”

Aun así, todavía hay quién se resiste a creer que las emociones puedan ser tan determinantes. Y en este sentido, apunta: “Si vamos al alto rendimiento, la parte física, técnica y táctica está tan igualada, que es la parte psicológica la que puede decantar la balanza.”

Si la parte mental es tan determinante, la psicología deportiva tendría que ser una ciencia ampliamente aplicada en el mundo del deporte, pero... ¿Es así?

“Es contradictorio. Hoy ya pocos dudan que las emociones influyen en el rendimiento deportivo, pero ¿cuántos psicólogos deportivos forman parte del cuerpo técnico de los clubes? ¿Cuántos deportistas individuales hacen uso de sus servicios? Pocos. De hecho, todavía hay grandes clubes que no tienen o que lo esconden como si fuera algo de qué avergonzarse”, lamenta Raluy.

Técnicas para entrenar la mente en la práctica del deporte

Desconocemos si existen técnicas infalibles para entrenar la mente deportiva, pero Vicenç Raluy nos lo aclara: “Cada psicólogo deportivo usa más unas técnicas que otras para trabajar. Pero lo que todos tenemos en común es la necesidad de trabajar los objetivos del deportista. Es fundamental que el jugador sepa dónde está, dónde quiere llegar y si está progresando.”

En definitiva, que el deportista tenga una imagen objetiva de sí mismo le permite ser consciente de sus fortalezas y áreas de mejora, además de planificar de manera más consciente los entrenamientos y la consecución de sus objetivos.

“Si como deportista no adoptas la rutina de autoevaluarte, quedas a expensas de la valoración que te hace otra persona. Si no te la haces tú, no te la hace otro, o todavía peor, sólo te refuerzan aquello que haces mal, puedes convertirte en un deportista con una baja confianza en sí mismo.”

La confianza en uno mismo es muy importante. Cuando un deportista se percibe a sí mismo como altamente capaz de lograr un reto deportivo, invierte más tiempo y esfuerzos, se planifica mejor y persiste, a pesar de las dificultades.

El nivel de activación

El año 1984, el norteamericano George H. Sage definió el nivel de activación como una función energizante responsable del aprovechamiento de los recursos del cuerpo cuando se tienen que llevar a cabo actividades vigorosas e intensas. Vicenç Raluy nos ayuda a comprender la importancia de este concepto:

“Antes de un partido o competición se suele sentir una especie de ansiedad que es necesaria para activar al deportista y preparar su cuerpo y su mente para el reto que debe enfrentar. Si los niveles de activación están demasiado bajos, no es bueno.

Los psicólogos deportivos enseñamos a los jugadores a encontrar su punto óptimo de activación, y a saber buscar aquellas sensaciones capaces de levarles a este punto óptimo, que puede ser diferente para cada cual. Hay jugadores que necesitan hacer unos eprints antes de entrar al partido, otros quizás necesitan evadirse unos minutos a solas y escuchar música, otros tocar la pelota por libre. Lo importante no es preguntarse cuál es la estrategia adecuada, sino que cada jugador encuentre la suya.”

Recordamos las famosas imágenes de Maradona tocando la pelota y bailando la canción ‘Life is life’ durante el calentamiento de la semifinal de la Copa UEFA contra el Bayern de Múnich en 1989. ¿Necesitaba el astro argentino encontrar su punto óptimo de activación de este modo? 

También es muy famoso el vídeo motivacional que Pep Guardiola mostró al equipo antes de salir a jugar la final de la Champions League de Roma en 2009. Un vídeo que mezclaba imágenes de la película Gladiator con las mejores jugadas de toda la temporada del Barça. En el estadio de Roma nadie sabía qué había pasado los 10 minutos previos al partido. La condición para hacer público el vídeo, era ganar la final. Lo hicieron, y el vídeo salió a la luz. 

 

Aun así, Vicenç Raluy opina que no siempre es una buena idea remover las emociones:

“De este vídeo se habló muy bien porque el resultado final fue bueno. Pero si nos fijamos en los primeros minutos del partido, los jugadores están totalmente desconcentrados. Remover sus emociones, habiendo hecho ya la activación durante el calentamiento podría haber sido desastroso. Quizás a algún jugador sí que le aportó un extra de motivación, pero seguro que a otros los desmontó, haciéndolos salir sobre el terreno de juego fríos e inestables.”

Y añade: “Además, en psicología deportiva intentamos que los deportistas creen unas rutinas que los permitan gestionar sus niveles de activación antes de cada reto deportivo. Si mediante un vídeo, enfatizamos que ese partido es más importante que los otros, sólo estamos disparando la ansiedad. Y si no la saben controlar, se les puede ir de las manos.”

Factores externos y motivación

¿Quién no ha escuchado en tertulias informales aquello de: “¿Con el dinero que ganan, tendrían que correr detrás la pelota como si los fuera la vida en ello”? Y nos preguntamos si el reconocimiento social y económico pueden ser elementos determinantes en la motivación y el rendimiento deportivo.

Raluy lo tiene claro: “Los factores externos como el reconocimiento social o económico son disparadores puntuales de la motivación. Pero lo que te mantiene haciendo una cosa son los factores internos, es decir, hacer aquello que te gusta y te hace sentir bien.”

Y sentencia: “Si un deportista sólo rinde por el sueldo, una vez consiga su objetivo, bajará el nivel. Del mismo modo, si un jugador basa su rendimiento en el reconocimiento social, cuando no tenga el público a favor, se hundirá y su rendimiento desfallecerá.”

Son conocidos los casos de jugadores que no han soportado la presión mediática cuando han llegado a grandes clubes o cuando se ha cuestionado públicamente su rendimiento. La presión de satisfacer la opinión pública y el hecho de ser noticia cada día puede acabar con una prometedora carrera profesional.

“Hay jugadores, como Gerard Piqué, que tienen una alta confianza en sí mismos y las críticas externas, incluso le ayudan a motivarse. Por el contrario, hay jugadores como Gerard Deulofeu, a quienes la presión de responder a las expectativas les ha jugado en contra, a pesar de tener la calidad necesaria para triunfar. Por lo tanto, tendríamos que cambiar el chip y en lugar de decir, que con el dinero que ganan, lo tienen que aguantar todo, tendríamos que decir: con el dinero que hemos invertido con estos jugadores, vale la pena ayudarles a trabajar la parte emocional y mental.”