Albert Riera es el vivo ejemplo de que, cuando algo es para ti, el universo entero conspira a favor tuyo por mucho que te resistas. El futbolista catalán que quería dejar el futbol e irse un tiempo a aprender inglés ya acumula 10 años de carrera profesional entre Nueva Zelanda y Australia.
1. ¿Cómo acaba un catalán jugando a fútbol en Auckland, Nueva Zelanda?
Estuve muchos años jugando en equipos de tercera división en Cataluña. Combinaba el fútbol con mi trabajo de técnico de transporte sanitario, pero mantener ambas cosas era un ritmo muy exigente. Con el fin de desconectar un poco, unos amigos y yo decidimos cogernos un año de excedencia para aprender inglés y aterrizamos en Nueva Zelanda.
Mi intención nunca fue ir a Nueva Zelanda a jugar al fútbol. Precisamente, yo quería desconectar del fútbol. Pero una vez allí, conocí a Ramón Tribuleitx, entrenador que me dio la oportunidad de jugar en el Auckland City FC, y todo cambió.
2. ¿Cómo viviste el contraste entre nuestra cultura futbolística y la suya?
Adaptarse a su estilo de fútbol es sencillo. Tienen una fuerte influencia del fútbol inglés, que es un juego más duro y directo. Ramón me ayudó mucho en el proceso de adaptación.
Una de las cosas que más me impactaron fue la honestidad. Por ejemplo, cuando el balón sale por la banda, aquí usamos la picardía. En cambio, en Nueva Zelanda no está bien visto, ni por los propios compañeros. Seguramente se trate de una influencia mucho más del rugby.
Pero también habla de la cultura del país, no se vale a ganar a cualquier precio. Se valora mucho el hecho de ganar haciendo bien las cosas, siguiendo las normas y con honestidad. Esto me gustó mucho, y lo intentamos inculcar a la gente nueva que viene de fuera.
3. ¿Qué recuerdo tienes de tu primera etapa como jugador del Auckland City FC?
Como el motivo que me llevó a Nueva Zelanda no era jugar al fútbol, tenía muy pocas expectativas y cada día era una experiencia. Me lo tomé como otra forma de viajar. Utilizar el fútbol como un vehículo para conocer nuevos lugares. Y si, además, puedes ganar, hacerlo bien y que la gente disfrute, todo es más fácil.
Yo me lo pasaba muy bien, y me ofrecían renovar porque lo hacia bien. Así que ha ido todo sobre ruedas. Un año llevó a otro y ahora ya son diez años.
4. La temporada 2013-14 fichas por el Wellington Phoenix (Australia), ganas el premio al mejor jugador de la temporada y eres seleccionado por el combinado de mejores jugadores de la liga australiana. ¿Es esa temporada el punto más álgido de tu carrera como futbolista?
Yo tenia veintiocho años y hacia 3 temporadas que jugaba en el Auckland City FC. De hecho, tenía en mente retirarme al terminar esa temporada. Pero una vez más, el fútbol me sorprendió. Después de ese partido amistoso el entrenador del Wellington Phoenix, un equipo profesional de la liga australiana, me ofreció una prueba.
Yo pensaba que no me cogerían, pero al terminar el entrenamiento me ofrecieron un año de contrato. Y después de una temporada, me ofrecieron renovar por tres años más. En ese momento yo ya tenía treinta años, pero cuando se te presenta una oportunidad así, no puedes decir que no.
Me convocaron por la selección de los All-Stars y pudimos jugar 90 minutos contra la Juventus de Turín. Fue un sueño hecho realidad. En inglés dicen: “late-bloomer”. Normalmente, eso pasa a los veinte años y a mi me pasó a los treinta. Así que estoy muy agradecido al fútbol. Ser entrenador también surgió de forma natural y es una forma de agradecer al Auckland City la oportunidad que me dio.
5. En aquel partido de los All-Stars compartiste vestuario con Alessandro Del Piero. ¿Cuál fue tu experiencia de jugar con un jugador como él?
Para los jugadores de la All-Stars, una selección de los mejores jugadores de la liga, fue toda una experiencia tener a Del Piero en el vestuario. Porque lo que haces, si te gusta el fútbol o has jugado, es observar estos jugadores. No solo dentro del terreno de juego, sino también fuera de él. Observas como se comporta y la profesionalidad con la que entrena. Es una gran experiencia y aprendes mucho solo observando.
En aquel partido él ya tenia cuarenta años y veías las ganas que tenía de seguir jugando. Lo veías en cada entrenamiento, somo si tuviera veinte años. Cuando sabes que tu carrera futbolística se está terminando, es cuando disfrutas más.
6. Vuelves al Auckland City, esta vez como entrenador, y ganas la liga de campeones de la OFC, que os permite disputar el Mundial de Clubes de la FIFA. ¿Te imaginabas disputar esta competición en tu primer año como entrenado?
Al Auckland City tienes la obligación de ganar. Es un equipo que tiene una cultura i un bagaje ganador desde hace muchos años, gracias a Ramón Tribuleitx. Obviamente, siempre aspiras a lo mejor, ¡pero no esperaba ganar cuatro títulos en mi primer año de entrenador!
7. Mirando al futuro. ¿Cuáles son los retos del Auckland City FC de Albert Riera en un futuro? ¿Te veremos en Europa?
Los entrenadores dependemos mucho de los resultados. De momento no me puedo quejar, pero soy muy consciente que algún día puede cambiar mi suerte y tener que irme. Yo siempre intento dar todo de mí y me lo paso muy bien.
Por Europa no creo que me veáis como entrenador… Nunca puedes decir nunca, pero no lo tengo en mente. Me gusta mucho Oceanía, estoy enamorado del continente. La A-League me encanta, la calidad de vida y la profesionalidad van de la mano y eso me atrae mucho.
8. ¿Cómo ha sido la experiencia de Albert Riera y del Auckland City en las instalaciones de Mediterranean Sport Village?
¡Excelente! Nos habéis dado todas las facilidades desde el minuto uno. Los campos de entrenamiento son increíbles y el alojamiento es fantástico, es exactamente lo que queríamos y necesitábamos, no podemos pedir nada más. Además de tener el gimnasio y el spa a nuestra disposición. Sobre todo, valoro el trato humano, que al final es lo que hace que Mediterranean Sport Village tenga una calidad excelente.
9. ¿Recomendarías a otros equipos profesionales venir a hacer un stage en Mediterranean Sport Village?
¡Sin dudas! La experiencia ha sido única. Muchos de nuestros jugadores no han tenido nunca unas instalaciones como estas. Ha sido una gran experiencia para ellos. Así que recomendaría a cualquiera que venga a Mediterranean Sport Village, porque aquí van a tener todo lo que necesitan.