Tu afición por la bicicleta empezó gracias a unas olimpiadas escolares…
Sí, siempre me ha gustado el deporte. En mi casa se practicaba mucho y desde pequeño ya compaginaba atletismo con la pelota vasca y la bicicleta, hasta que poco a poco me fui declinando por la bici…
Sin embargo, no fue hasta llegar a la categoría de juveniles que te diste cuenta de que podrías llegar a vivir del ciclismo. ¿Crees que hoy se presiona demasiado a los niños y niñas para que compitan, en lugar de disfrutar el deporte?
El deporte es para practicarlo y para disfrutarlo. Es cierto que, quién quiera ser ‘alguien’ en este mundillo debe tener esa especie de ‘veneno’ que te incita a disputar. Pero no tiene que ser la gente de alrededor la que meta esa presión. Tiene que ser algo voluntario.
Hoy en día, las nuevas tecnologías invitan a ‘ser’ profesional antes de serlo de verdad… Yo siempre digo que uno es profesional cuando te empiezan a pagar… Hasta entonces, tienes que saber disfrutar del deporte. Porque, luego, vas a tener que sacrificar muchas cosas de tu vida. Así que… hasta que no llegue ese momento, ¡disfruta!
A lo largo de tu carrera profesional has logrado un palmarés admirable y se te ha descrito como un auténtico ‘machaca’. Cuando hechas la vista atrás, ¿de qué te sientes más orgulloso?
De que no me arrepiento de nada. Ni de los fracasos ni de las palizas que me metía al entrenar. Tenía constitución de ‘hermosito’, como se suele decir en mi tierra, y para estar al nivel tenía que entrenar bastante. Me ponía muy al límite, pero ahora le tengo que agradecer a la constancia de mi trabajo todo lo que he conseguido.
De hecho, cuando pasaste del ciclismo de pista al ciclismo de carretera tuviste que hacer un sobresfuerzo en los entrenamientos para bajar de peso. Incluso estuviste a punto de tirar la toalla… pero no lo hiciste.
Después de un exceso de trabajo, hay que levantar un poco el pie del pedal para ver lo que estás haciendo, el por qué e intentar recuperar las buenas sensaciones que, como consecuencia de ese exceso, se han perdido.
Antes, muchos deportistas dejaban de practicar deporte cuando se retiraban del mundo profesional. Estaban quemados. Ahora, la mayoría lo siguen disfrutando de un modo u otro. Eso significa que ya no se hacen las barbaridades que se solían hacer antes.
¿Qué valores te ha enseñado el ciclismo?
Lo que más aprecio de este deporte es el respeto hacia el rival. Aprecias a quién te gana, porque lo ha hecho mejor. Y aprecias a las otras personas, porque sabes que se han tenido que sacrificar igual que tú para llegar a ese nivel. Hay muchos compañeros que luchan, se sacrifican y acaban su ciclo deportivo siendo uno más en la sociedad… Da coraje ver que han dedicado su vida al ciclismo pero que nadie se acuerda de ellos…
¿Qué sientes cuando vas sobre la bici?
Cuando voy sobre la bici y me acompaña todo: las piernas, el pecho… tengo una sensación de disfrutar sufriendo. Sin embargo, hay carreras en las que, a pesar de ir mejor clasificado, si las piernas no van o el pecho no acompaña, no se disfrutan de igual manera.
Por ejemplo, el día que perdí la Maglia Rosa en el Giro d’Italia en el 1996, es el día que más disfruté. Y eso que me habían sacado de rueda… Pero yo me decía: mira todo el trabajo que has hecho durante todo el año para este Giro… ahora no es cuestión de dejarse y abandonar, si no de mantener el coraje y conseguir estar en el pódium. Y fui 3º. Si me hubiera dejado, hubiera hecho el 30 de la general.
¿Alguna anécdota más de ese memorable Giro?
En ese mismo Giro, en la contrarreloj larga, me quedé a 3 segundos de conseguir pódium. Tres segundos no es nada y, a la vez, es un mundo; la diferencia entre abrir las páginas de todos los periódicos o pasar desapercibido. Quizás has hecho una etapa o una carrera muy bonita, pero se queda ahí...
¿Cómo se supera una caída o lesión importante?
Si tienes una caída, lo importante es salir vivo. Luego, tienes que ser consciente de que hay que cambiar el chip y buscar otro objetivo y motivación. De las lesiones, muchas veces se sale a base de motivación.
El factor psicológico es muy importante en el deporte…
Para mí, en el ámbito del deporte, la psicología se traduce en ambición. Si no puedes ganar, hay que buscar otra ambición, aunque sea echarle una mano a un compañero a conseguir su objetivo. ¡Algo! Algo que te motive a seguir adelante y salir de una mala situación lo mejor posible.
En el mundo profesional no todo son flores… También se reciben críticas e incluso ataques personales. ¿Qué crees que debe tener un deportista para estar por encima de todo esto?
Es complicado. Porque estás preparado para practicar el deporte a un alto nivel, pero no estás preparado para otras cosas que hay alrededor, como las críticas. Hay personas que son más favorables a otro deportista y entonces, te critican. No se puede hacer nada, más que buscar un método para saber desconectar.
Ahora estás colaborando con la Escuela de Ciclismo Oria. ¿Qué te aporta trabajar con niños y niñas en esta otra etapa de tu vida?
Siempre he estado vinculado a la escuela Oria, porque es donde empecé. Sobre todo, intento mentalizar a los padres de que sus hijos tienen que disfrutar del deporte. El día de mañana, si tienen que ser algo, lo serán ellos, no los padres.
Si tú haces profesionales desde la escuela, vas cortándoles su trayectoria deportiva y eso no es bueno. Por ejemplo, en los Países Bajos o en los países anglosajones salen ciclistas juveniles que ganan mundiales y hacen impresionantes carreras, pero, luego, no tienen esa proyección que parecía que tendrían. Se los cargan antes de tiempo. Es demasiado trabajo para un chaval que aún está por desarrollarse.
También te has involucrado en ayudar a la selección de Gabón ¿Cómo ha sido esta experiencia?
Se trata de un proyecto muy bonito, si consiguen llevarlo adelante. Es un país que, por circunstancias, no tienen muchas carreteras, pero si algunos de sus ciclistas pueden venir a Europa, se podrá trabajar muy bien con ellos y se podrá formar a gente con muchas cualidades deportivas.
Además de ciclista, fuiste Director Técnico de la Vuelta a España entre el 2004 y el 2013 ¿Te has planteado volver a esta faceta profesional?
Seguiré vinculado al ciclismo porque es mi vida. ¿De qué forma? No lo sé, pero ayudando al ciclismo, sí. Me da igual hacerlo desde la base, en Gabón o en cualquier otro país que necesite ayuda. Tampoco digo que no a echar una mano en la Vuelta a España, en el Giro de Italia o en el Tour. Pero, por ahora, creo que la cosa va más por trabajar con la base y con países que no tienen la estructura profesional.
Estaremos pendientes de tu trayectoria ¡Muchas gracias Abraham!
Fotos: Jordi Santacana Fotografía